Virgen de Consolación, la del barquito en la mano, perdí velas y timón navegando en mar lejano; dame Tú la salvación.
Virgencita morenita, más bonita que la nieve de la sierra, dame Tú la lucecita que me alumbre por la tierra.
Fuente amante, luz constante, sol brillante que las noches iluminas, lleva al pobre caminante por senderos sin espinas.
Ay, Virgencita, gloria de Utrera, blanca estrellita que reverbera, que tu barquilla blanca y velera, nunca se aparte de nuestra orilla, nunca se vaya mares afuera.
Virgen de Consolación, por el amor de tu Niño, llena Tú mi corazón de la gracia y el cariño del que fue la redención.
D. Serafín y D. Joaquín Álvarez Quintero, en el año 1934, hijos de Utrera.
El Club Baloncesto Utrera, en el día de ayer, llenó de colorido, de alegría y de baloncesto el Santuario de Consolación, en un acto en el que pretendía dar GRACIAS, a nuestra patrona por todo lo que hemos pasado juntos, por lo que somos y por el futuro lleno de grandes momentos que nos espera.
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